sábado, 1 de diciembre de 2012


 
 

Dípteros (moscas), lepidópteros (mariposas), neurópteros, himenópteros (hormigas, abejas y avispas) e incluso otros odonatos, son sus presas habituales, siempre y cuando sean de menor tamaño.



Características principales.

1.- Las libélulas tienen vida anfibia.

Sus larvas viven en el agua y los adultos en tierra. La larva muda, es decir, cambia su “camisa” exterior por otra más grande, entre 7 y 17 veces para poder crecer. Cuando termina su desarrollo como larva (entre unos meses y tres años) abandona el medio acuático y sale de su última muda (llamada exuvia), estira sus alas bombeando hemolinfa a través de su intrincada red de venas alares, y vuela. Este hecho se conoce como emergencia. Es extraordinario que un animal que hasta ese momento ha vivido en el agua, respirando en ella y cazando animales acuáticos pase, en el transcurso de unas decenas de minutos, a respirar en el aire (una semana o varios días antes ha dejado de comer y se dedica a pasar largos periodos fuera del agua y respirando aire por los estigmas torácicos y abdominales), cazar presas que no ha visto nunca y volar con una destreza que no es comparable con ninguna otra especie animal.

 


2.- Las libélulas son depredadoras.

Todas las especies cazan tanto en fase larvaria como adulta. Los adultos se alimentan de insectos y las larvas lo hacen en sus primeras fases sobre protozoos, y posteriormente depredan larvas de otros insectos, crustáceos, moluscos etc. aunque también pueden abastecerse de pequeños peces, renacuajos y ranas adultas u otros anfibios. Asimismo, ellas son devoradas por otros insectos (mantis), arañas y pájaros y por otras libélulas.
 

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